El 65% de los emprendedores en la Argentina no cuenta con empleados
El 91% de los emprendimientos en la Argentina son incitativas de autoempleo o apenas cuentan con estructuras de entre uno y tres empleados. El dato surge de un estudio realizado a nivel nacional por la consultora Analogías en el mes de noviembre elaborado con el objetivo de trazar una caracterización de la actividad emprendedora en el país.
El relevamiento fue realizado a partir de una base de datos nacional de empresas y emprendedores. El objetivo de los investigadores, fue construir un perfil sociodemográfico de los emprendedores, su motivación para iniciar un proyecto propio, conocer las dificultades y las expectativas que tienen y acceder a la conceptualización que hacen de sus emprendimientos.
Empresas pequeñas y con poco potencial de crecimiento
Entre las conclusiones más importantes del estudio se destacan:
- Quienes emprenden, en su gran mayoría, tienen estudios Superiores y son mayores de 30 años, lo cual muestra un perfil de hombres y mujeres con alto grado de formación y cierta experiencia en el mundo del trabajo.
- Las empresas nuevas y jóvenes son, en su gran mayoría, pequeñas y con poco potencial de crecimiento: se inscriben usualmente como monotributistas, sin empleados, con muy bajo nivel de facturación y en más del 55% son proyectos individuales.
- A pesar de que la principal motivación es la identificación de una oportunidad, se constituyen como microempresas más vinculadas al autoempleo que a una unidad productiva con perspectivas planificadas de ampliación del capital.
- A nivel sectorial, proyectos de base tecnológica y la industria, son aquellos más sólidos con mayor empleo y facturación.
- La gran mayoría de los entrevistados tiene una valuación positiva de sus propios emprendimientos y de las expectativas para adelante (inversión, generación de empleo).
El 65% de los emprendimientos no cuenta con empleados
El estudio parte de ubicar a la actividad emprendedora “en un lugar de relevancia como potencial dinamizador de la economía, especialmente a través del componente innovador que tienen muchas de estas nuevas unidades productivas”.
Sin embargo, el informe inscribe los datos relevados en un contexto de paulatina pero sostenida “des-asalarización del trabajo” y un el incremento neto y proporcional de las modalidades registrales de la actividad autónoma (monotributo).
Otro de los condicionantes en materia de empleo está vinculado a la coyuntura y se vincula con “la destrucción neta de puestos de trabajo y el retiro de empresas empleadoras producto de la consecutividad de la crisis de balanza de pagos y deuda entre 2018 y 2019, luego superpuesta por una crisis mundial producto de la pandemiade la COVID 19”.
De acuerdo a las conclusiones del relevamiento, es “indudable que una parte significativa de quienes inician un proyecto generan autoempleo de subsistencia y engrosan un tejido de microempresas con bajísima productividad”.
“Se trata en general de emprendimientos que surgen por necesidad, a partir de la falta de un empleo y más que por una motivación por iniciar un proyecto propio” agrega.
En ese marco, las actividades de autoempleo o la microempresa de subsistencia “ofrecen una salida individual a los propios involucrados en el corto y mediano plazo” y su contribución a la solución del empleo individual “debe ser realzada y puesta en vigor en las políticas públicas de manera extendida, pero no implican experiencias de reproducción ampliada del capital”.
Del universo de emprendedores consultados, surge que el 64,7% no tiene empleados y un 26% cuenta entre 1 y 3 empleados. El 1,3% cuenta con entre 4 y 6 empleados y el 5,1% entre 7 y 10 trabajadores. El 3% restante tiene niveles de ocupación mayores a los 10 empleados.